martes, 31 de mayo de 2011

Hoy Algo más serio: Soltando Globos

Necesito soltar un globo al aire, respirar y soltar otro. Soltaría el verde, por que me encanta la naturaleza, es el color de la esperanza y yo comparto la mía con todo el mundo; soltaría el rojo, por ser el color del amor, amar y ser amado es lo mejor que te puedes encontrar; soltaría el amarillo, para compartir el pesimismo con todos los demás, un poquito aquí y otro poquito allá y ya no haría daño a nadie; soltaría el azul para que volara por el cielo, compartiendo su bonito color con todos los pájaros del firmamento; soltaría el naranja, pues amo ese color, compartiendo así mi alegría, vivaracha y juguetona con todo el que observara. Soltaría el violeta, simplemente por soltarlo? No, este lo soltaría tal vez para junto al blanco, el cual soltaría a la vez, dejar que la gente que lo quiere viera el mundo en color de rosa. Soltaría todos los globos del rebaño, menos el negro, ese oscuro color, color de lo malo, de los malos agüeros, de los malos enfados, ese me lo guardaría para mi, y, en silencio, por la noche, cuando todos ya durmieran. Lo reventaría con una rabia infinita, y al fin… seria yo libre.

lunes, 30 de mayo de 2011

La locura de vivir

Hoy, en clase de historia, mi compañera de pupitre me a planteado la siguiente pregunta
¿ si no tuviera consecuencias, que locura te gustaría realizar en esta vida? Poniéndome a pensar e llegado a una bonita conclusión, hay tantas que soy incapaz de decidirme… me encantaría lanzarme en paracaídas, perderme en medio de una inmensa selva tropical, que me soltaran en una isla desierta y explorarla a fondo, sin dejar en el empeño un misero recoveco.  Y realmente y lo piensas y te preguntas ¿ por que? ¿Por qué sentimos la necesidad de desear realizar tales tonterías que nada nos aportarían? Pues es simple y sencilla la repuesta. Desearía saltar en paracaídas para sentirme, por unos momentos, pájaro; me perdería en medio de una inmensa selva tropical por el simple echo de imaginar que mi profesión es la exploración y que investigo un paisaje desconocido hasta la fecha; me encantaría la isla desierta para montarme mil y una películas que jamás se van a cumplir. Son así nuestros pensamientos, y ahora os lanzo yo esa pregunta, si la locura os dominara por unos instantes, que os haría hacer? Por mi licuara, llevaría muchas a cabo, pero la que más ilusión me hace seria visitar todos los países del mundo comiendo sin parar. Mi amada España, Mi Valencia y su paella, Italia y las pizzas los helados y la PaZta, Suiza y sus chocolates, las Hamburguesas y los hot dogs de America… sin duda, esa seria mi locura.

jueves, 26 de mayo de 2011

mira su cara y adivina lo que piensan

Andaba yo ya hace un tiempo con una buena amiga por las calles valencianas, y dabase el caso de que esta tenia la mente embotada de preocupaciones, pues el ultimo examen no salio como ella esperaba. Y me dio a mi la vena y suelto airadamente. “ a mi, me basta con mirar a mi alrededor para comprobar que el sufrimiendto por unas cosas o por otras, es mutuo” y ella, como buen hijo de vecino responde ante esto “ venga ya, que dices? “ “ que si, mira, esa señora por ejemplo” señalo a una mujer toda vestida de rojo, sentada en la parada del autobús que se observa los pies “ tu mira su cara, seguro que te dice algo” si, me decia algo, me decia… bufff, necesito llegar a casa pero ya, madre mia que el autobús no llega y yo necesito sentarme…al ejems, pues… si eso, a todos nos pasa no es nada raro. Y mi amiga, comprendiendo mi juego, me sigui el royo. Y andamos unos pasos adentrandonos por la calle del macdonalls y tomamos con un chico que miraba atento el cartel del “ restaurante de comida rapida y basura que a todos nos gusta para marranear un rato” y rapidamente desviaba la vista hacia el metro para devolverla despues al cartel de color rojo, y me hace mi amiga propinandome un codazo “ mira, ese tambien sufre, se esta debatiendo si le vale la pena comerse una hamburguesa o dos y quemarlas subiendo y bajando las escaleras del metro, o si se come tres y directamente vuelve a pie” yo sonrei con ligereza, dicho sea que el chaval estaba un tanto… rechonchillo. Más tarde bajamos al metro, o si¡¡¡, este si que es un paraiso de “ mira su cara e imagina que piensa”. Se nos planta delante una pareja de albondigitas “ a su defensa dire que eran de las pequeñas ee” y empieza a hacerse arrumacos, cosa muy tierna que nos hizo sonreir, pero más tarde esos arrumacos se conviertes en empujoncillos y me dice mi amiga “ cariño, las croquetas de tu madre son lo mejor. No cuqui, los pasteles de calabaza de la tuya que se matan, de vicio¡ pero amor, que dices si sabes los buñuelos de la tuya los superan con creces, que no churri, que no vida mia, la tuya, la mia… Ñam…” me quedo mirandola, a calado el juego y no se le da mal, tendre que buscar algo para rematarlo… hay, aparece un ante mi vista un niño que con la mano puesta en la oreja en plan de “ no te oigo” mira concentrado a su padre. “ lo veo papa, yo te digo que lo veo e, si si mira mira, lo oigo en serio que si, ya viene ya viene” y mirando el marcador de tiempo de los trenes, empezamos a reirnos. Faltan veinte minutos para la llegada del tren.

sábado, 21 de mayo de 2011

LOS MONSTRUOS EXISTEN

“ y era entonces cuando le decía yo a mi madre- mama, que te aseguro te aseguro que debajo de mi cama hay algo- y ella, ¿Qué mas podía decirme? Me aseguraba que no había nada, y miraba debajo de ella y nada salía. Pero yo sabia que si, por que los oía, me decían cosas y venían a por mi. Y me levante y fui a la nevera, si venían les aria chantaje, y no me dejaría comer ¡ Jamás¡ así que baje de mi cama tan rápido como mis cortas piernas me permitieron, llegue a la cocina, alcance el taburete y ayudándome de el me hice con las galletas de chocolate del armario de arriba de arriba del todo y las cuales no podía coger sin permiso bajo ningún concepto ni situación.
Volví a mi habitación y me senté en la cama, a esperarlos. Con la cámara preparada para cuando vinieran, así mi madre tendría que creerme.- mira monstruo, tengo galletas- les dije sacando una de la caja y moviéndola en el aire - ¿ no las queréis? Pues me las comeré yo-acabe diciendo mientras me comía la galleta que tenia en la mano y las cuales no debía comer sin permiso bajo ningún concepto ni en ninguna situación. A continuación saque otra galleta de la caja y se la ofrecí nuevamente a los monstruos- a qui tengo otra, venga salir” pero ellos, no…. No podían hacerme caso, Ja, me puse en pie arriba de la cama y empecé a reír, ¡los monstruos me tienen miedo¡ lalalala, había ganado, no se atrevían a salir de allí debajo, y seguro que era por las galletas, le tenían miedo a la caja de galletas. Saque otra y volví a ofrecérsela para confirmar mi victoria, y otra, y otra, y otra más… y cuando ya iba por la décima… me dormí.